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Bronstein ejerce como genio

Bronstein ejerce como genio

El entrañable campeón sin corona secuencia magistralmente el desbloqueo, la desviación y la atracción

Recibimos por cuarta vez en El Rincón de los Inmortales al entrañable genio David Bronstein (1924-2006), quien no fue campeón del mundo por una acumulación de infortunios. Por contar solo dos: en el Interzonal de Portoroz (Yugoslavia) de 1958 (donde Fischer lo había señalado como el gran favorito) no pasó al Candidatos por medio punto, tras perder la última ronda ante el filipino Rodolfo Tan Cardoso porque un corte de luz en plena partida le hizo perder concentración y no fue capaz de centrarse de nuevo después. Y en el de 1964 (Ámsterdam) lo hizo muy bien y terminó 6º (se clasificaban siete), pero una regla decía que no podía haber más de tres soviéticos en el Candidatos (Smyslov, Spassky y Tal) lo que dejó fuera a Stein y Bronstein.

Ese mismo año firmó, en el Campeonato de la URSS frente a Nikolay Bakulin, la maravillosa combinación que glosa este vídeo. Todas las piezas de Bronstein crean con gran armonía una amalgama de los temas tácticos de clavada, desbloqueo, desviación y atracción para redondear una victoria antológica.

La dama suicida de Guéller

La dama suicida de Guéller

Uno de los más brillantes maestros soviéticos da una lección magistral de ataque y remata con hermosura

Pocos jugadores hay en la historia que tengan un balance favorable o igualado contra los campeones de su época sin haberles disputado nunca el título. Ello nos obliga a hacer un hueco por segunda vez en esta colección a Yéfim Guéller (o Efim Géller, 1925-1998). Erudito de las aperturas y alegre en la asunción de riesgos, de estilo alegre y desquiciante, reunió méritos suficientes para incluirlo en la lista de los campeones sin corona.

Y como en su estreno en El Rincón de los Inmortales (Guéller abre el canal), en este vídeo también exhibe su virtuosismo en el ataque, culminado con una combinación muy brillante. Pero, además, esta partida contra el excampeón del mundo Vasili Smyslov es un modelo de cómo enfrentarse a la Defensa Gruenfeld. A pesar de lo muchísimo que ha mejorado el conocimiento de las aperturas por la influencia de las computadoras e Internet, esta partida sigue siendo de obligado análisis y disfrute.

Sacrificio típico de Mijaíl Tal

Sacrificio típico de Mijaíl Tal

El genio de Riga hilvana una combinación tras otra, en una orgía creativa frente a un rival de élite

Si todavía queda algún aficionado a quien le parezca exagerada la idolatría que la mayoría de los ajedrecistas profesa a Mijaíl Tal (1936-1992), es muy probable que este vídeo termine de despejar sus dudas. La metáfora de un cerebro en ebullición creativa permanente se aprecia en esta partida contra el danés Bent Larsen, del Torneo de Candidatos de 1965 en Bled (Yugoslavia). Tal engarza una combinación tras otra, como si la partida fuese una mera sucesión de motivos tácticos, que en realidad obedecen a profundas ideas estratégicas.


Es un momento oportuno para recordar que Tal mantuvo ese rendimiento de genio durante muchos años a pesar de que su salud era muy mala. Ya tres años antes, en Curaçao, el letón tuvo que retirarse a tres cuartos de torneo tras sufrir una operación de alto riesgo. Y tres años después, en 1968, tuvieron que extirparle un riñón. Obviamente, se resintió su potencia deportiva, pero no su asombrosa creatividad.

Larsen tumba a otro titán

Larsen tumba a otro titán

El genial escandinavo de los años sesenta gana a David Bronstein en un vibrante intercambio de golpes

El danés Bent Larsen (1935-2010) es uno de los ajedrecistas de élite más imaginativos, luchadores y amantes del riesgo de la segunda mitad de siglo XX. Fue, antes que Bobby Fischer, el primer rival occidental muy temible para los soviéticos. Disputó cuatro Torneos de Candidatos y en tres de ellos llegó hasta las semifinales. Ganó varias veces a los siete campeones del periodo 1948-1985: Botvínik, Smyslov, Tal, Petrosián, Spassky, Fischer y Kárpov. Además, escribía muy bien, y sus artículos eran tan seguidos por los aficionados como sus partidas.

La que ilustra este vídeo no solo es brillante sino muy especial también, porque consiste en una lucha a muerte entre dos genios sin precaución alguna. Una serie de mandobles en ambas direcciones hasta que David Bronstein omite un truco táctico que le hubiera salvado, y se rinde tras un combate memorable.

Larsen, casado con una argentina, murió en Buenos Aires tras residir también muchos años en Gran Canaria. Como Spassky, corre el riesgo de que la historia lo recuerde sobre todo por su estruendosa derrota ante Fischer (por 6-0, en el Torneo de Candidatos de 1971). Pero eso sería muy injusto, porque pocos han creado tanto arte en un tablero de 64 casillas.

La otra fuerza de Petrosián

La otra fuerza de Petrosián

El mítico armenio demuestra que el virtuosismo estratégico no fue la única virtud que le hizo campeón

Es imposible ser campeón del mundo sin dominar todas las facetas del juego. A veces se olvida esa afirmación tan obvia, lo que incita a poner etiquetas demasiado simplistas, y a veces muy injustas, como calificar a Tigrán Petrosián (1929-1984) como un gran estratega y defensor, con tendencia a partidas muy aburridas. En realidad, la vasta obra del eminente armenio, campeón del mundo de 1963 a 1969, incluye muchos ataques y sacrificios brillantes.

Ya disfrutamos de uno en la entrega 137 de El Rincón de los Inmortales (Obra de arte de Petrosián, contra Pachmann, Bled 1961). Y en este vídeo se glosa otro de gran contundencia y belleza, nada menos que frente a Borís Spassky. Este, convencido de que su rival evitará el riesgo, se encuentra con dos sacrificios consecutivos de calidad, seguidos de un remate espectacular. Una de las joyas más impresionantes de Petrosián.

El vigoroso arte de Larsen

El vigoroso arte de Larsen

El danés doblega a uno de los mejores defensores de la historia con un ataque tan bello como preciso

Esta segunda aparición de Bent Larsen (1935-2010) en El Rincón de los Inmortales producirá en los espectadores sensaciones parecidas a la anterior, y grandes sobresaltos. Conviene recordar que, como en el caso de Anatoli Kárpov, el ajedrez fue el salvavidas al que se agarró Larsen cuando era un niño enfermizo. Aunque no empezó a jugar en serio hasta los 17 años, su progresión fue meteórica: a los 21 saltó a la fama mundial en la Olimpiada de Ajedrez de Moscú 1960, donde ganó la medalla de oro individual en el primer tablero tras hacer tablas con el campeón del mundo Mijaíl Botvínik.

Contrariamente a lo usual, Larsen pasó de un estilo muy posicional y sólido en sus primeros años a otro muy creativo y de alto riesgo cuando alcanzó la madurez. Eso produjo partidas tan maravillosas como la de este vídeo, en el torneo de Santa Mónica (EE UU) de 1966. Su rival es nada menos que Tigrán Petrosián, el campeón del mundo en ese momento, y considerado por muchos como el mejor defensor de la historia. Pero Larsen destroza esa defensa con precisión de cirujano y extraordinaria belleza.

Obra maestra por las casillas blancas

Obra maestra por las casillas blancas

Botvínik fue un gran virtuoso en la explotación de un grupo de escaques débiles de un mismo color

Esta séptima y última aparición de Mijaíl Botvínik (1911-1995) en El Rincón de los Inmortales causa una honda impresión por la gran armonía y coherencia del juego del patriarca soviético para doblegar con aparente facilidad a un rival de postín, Lajos Portisch, en 1968. El húngaro peca levemente de impreciso y es sometido a una tremenda presión en el ala de dama. Entonces comete un error táctico muy comprensible al intentar liberarse. Botvínik aprovecha ese momento para crear una combinación antológica y rematar por las casillas blancas del flanco de rey.

El multicampeón del mundo se retiró de la competición dos años después. Pero no de la intensa actividad intelectual. Como entrenador formó a varias estrellas, y especialmente a Gari Kaspárov. Y también dedicó muchas horas al intento de crear un ajedrecista inhumano, lo que le causó gran frustración: “Cualquier estudiante en Pekín cuenta hoy con computadoras más potentes que las mías”, se lamentaba ante el autor de estas líneas en enero de 1988, aún en plenas facultades mentales. Pero ésa es sólo una anécdota, un pequeño garbanzo negro en uno de los campeones más influyentes y productivos de la historia del ajedrez.

Orquesta filarmónica de Smyslov

Orquesta filarmónica de Smyslov

El más armónico de los campeones del mundo da un recital de virtuosismo en la coordinación de sus piezas

Según para quién, las piezas de ajedrez pueden ser unos trozos de madera o plástico moldeados de diferentes formas. Vasili Smyslov (1921-2010) los transformaba en una colección de instrumentos musicales afinados a la perfección, también capaces de convertirse en bailarines de una danza mágica que transportaba a los espectadores al nirvana intelectual.

Es probable que el aficionado sienta algo así cuando vea esta partida de Smyslov frente a un rival duro, el soviético Liberzon (que luego emigró a Israel) capaz de poner las cosas difíciles a uno de los campeones del mundo de la época con un sacrificio de pieza muy interesante. Una partida muy bella es una obra de dos grandes artistas. El finísimo Smyslov responde con un electrizante sacrificio posicional de dama a medio plazo. Y la armonía deja de ser un concepto para convertirse en un excelso arte geométrico.

La eclipsada brillantez de Spassky

La eclipsada brillantez de Spassky

Quien luego fuera la víctima de Fischer logró el título tres años antes, en 1969, con un juego vibrante

“De pronto, un día comprendí la esencia del ajedrez, como en una revelación”, suele decir Borís Spassky (San Petersburgo, entonces Leningrado, 1937), décimo campeón del mundo tras destronar a Tigrán Petrosián en 1969. La asombrosa partida de este vídeo, con un juego de ataque limítrofe con la perfección, fue la más bella de aquel histórico duelo.

Sostiene Gari Kaspárov que el estilo de Borís Spassky es “difuso y borroso”. Ciertamente, casi todos los ajedrecistas necesitan un cierto orden, una zona de confort, incluso cuando hay que ser violento. Solo algunos virtuosos, como Spassky, ven claro y disfrutan en el caos. Pero no es el caso de esta partida, que representa otra cosa: una claridad de ideas tan brutal como espectacular y eficaz.

Polugayevski roza la perfección

Polugayevski roza la perfección

Un ataque de extracción del rey ejecutado de manera tan precisa como una máquina, y con gran belleza

Lev Polugayevski (1934-1995) hubiera sido un gran ídolo nacional en cualquier otro país porque fue uno de los mejores jugadores del mundo durante casi 30 años. En la Unión Soviética estaba entre sus muchas estrellas, pero las había aún más brillantes. Aunque empezó a jugar tarde y logró sus primeros éxitos cuando ya era adulto, su carrera posterior fue muy destacada: cuatro veces candidato al Mundial; tres veces ganador o empatado en el primer puesto del Campeonato de la URSS, además de otros torneos. Y sus éxitos deportivos se complementan con varios libros escritos con gran calidad y rigor, así como con sus aportaciones a la teoría de aperturas con ideas muy importantes.

Este vídeo contiene una victoria suya sobre Mijaíl Tal (Campeonato de la URSS, 1969) en la que Polugayevski roza la perfección en un ataque de belleza y precisión extraordinarias. Una partida modélica, y además una obra de arte.

Clase magistral de Fischer a Taimánov

Clase magistral de Fischer a Taimánov

Un año antes de ser campeón del mundo, el mítico estadounidense derrotó por 6-0 a un rival muy duro

Este vídeo inicia una serie de cinco dedicados a la meteórica ascensión de Bobby Fischer al trono del ajedrez entre 1971 y 1972, así como su fugaz reaparición veinte años más tarde. Los dos primeros episodios de esa hazaña, las victorias por 6-0 frente al soviético Mark Taimánov y el danés Bent Larsen en octavos y cuartos de final del Torneo de Candidatos, respectivamente, están entre los hechos más asombrosos de los quince siglos de historia documentada que atesora el ajedrez.

La primera entrega de esas cinco obras inmortales glosa el virtuosismo de Fischer para tumbar a Taimánov en un final de alfil contra caballo con su rey más activo y peones en ambos flancos. Además de aprender muchísimo, el aficionado novel empezará a comprender que en ajedrez se puede crear gran cantidad de belleza con muy poco material en el tablero. Y el veterano quedará extasiado ante una obra de arte minimalista.

Fischer fulmina a Larsen

Fischer fulmina a Larsen

El futuro campeón se lanza a la yugular del danés en la apertura, con una presi

Bent Larsen (1935-2010) era muy optimista unos meses antes de enfrentarse a Bobby Fischer en los cuartos de final del Torneo de Candidatos de 1971: “Fischer nunca será campeón del mundo porque tiene pánico a perder partidas”. El gran maestro danés no iba tan descaminado como pueda parecer en cuanto al tema de fondo -la mejor prueba de ello es que Fischer se retiró durante 20 años tras ser campeón en 1972, a pesar de que el dictador filipino Ferdinand Marcos ofreció una bolsa de cinco millones de dólares de 1975 por defender el título ante Anatoli Kárpov-, pero sí a plazo inmediato: Fischer lo masacró por 6-0.

La partida de este vídeo es la primera del duelo, y resulta muy significativa, además de espectacular e instructiva, sobre el estilo directísimo de Fischer, quien se lanza al ataque en plena apertura y logra una posición ganadora. Es verdad que luego no remata de la mejor manera, pero a los aficionados del siglo XXI nos conviene no olvidar nunca que entonces no existían los chips que calculan millones de jugadas por segundo.

Fischer deslumbra a los 49 años

Fischer deslumbra a los 49 años

El eterno campeón transforma el dominio de una columna abierta en victoria impecable y muy didáctica

Los periodistas (entre ellos, el que suscribe) que cubrieron la reaparición de Bobby Fischer en Yugoslavia tras 20 años sin vida pública no olvidarán jamás aquella abarrotada conferencia de prensa en Sveti Stefan (Montenegro). Los enviados especiales de los medios más prestigiosos del mundo habían dejado de cubrir la guerra de Bosnia, cuyo frente estaba a solo 50 kilómetros, para informar sobre el desplante ante las cámaras de Fischer, quien escupió sobre el documento de la Casa Blanca que le advertía de que jugar contra Spassky allí suponía una violación grave del embargo internacional contra Yugoslavia.

Y para que su retorno fuera mediáticamente perfecto, Fischer produjo una victoria impecable en la partida inaugural, que se comenta en este vídeo. En un esquema típico de la Apertura Española, el estadounidense triplica su artillería pesada en la columna a, y desde esa plataforma crea una obra maestra, una más de las suyas, pero a los 49 años y tras 20 sin disputar una sola partida de torneo. Los genios, y solo ellos, pueden hacer eso.

El genuino Fischer, directo hasta el final

El genuino Fischer, directo hasta el final

Próximo a cumplir 50 años, el mítico estadounidense mantenía el estilo vibrante que lo hizo inmortal

¿Es Bobby Fischer inmortal? Para los aficionados de la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI, sin duda lo es. Resulta bastante más difícil pronosticar lo que ocurrirá con quienes todavía no han nacido. Llegarán a un mundo muy audiovisual, en el que, además, la gran mayoría de los apasionados por el ajedrez apenas prestan atención a los grandes campeones de la historia, a pesar de que casi todos los entrenadores de la élite consideran que esa actitud es un grave error: las mejores partidas de Fischer, así de como de sus antecesores y sucesores en el trono, muestran la evolución de las ideas en el ajedrez; y una gran parte de ellos fueron genios, cuya excelsa creatividad es muy difícil de superar, por mucho que se haya progresado en técnica y dureza defensiva.

Es razonable pensar que esta colección de vídeos sí será inmortal, y no solo por su nombre, dado que glosa las partidas más brillantes de la historia. En ese contexto, la de esta entrega (última de las dedicadas a Fischer) demuestra que el legendario estadounidense fue capaz de mantener su estilo incisivo, directo, de gran riesgo implícito, hasta que se retiró por segunda vez, a punto de cumplir los 50 años y tras 20 de retiro absoluto de la vida pública. Hay, pues, motivos para creer que Fischer no morirá nunca.

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